Ploughed Fields and Borrowed Words

When I step out of my house which lies hidden in a small valley and climb up our first hill, I come to open fields. On my morning walks I often walk around these fields, which always look different at all stages of all seasons.

My latest exhibition is a homage to these fields. With fragments of prose and poetry by José Antonio Muñoz Rojas, Alberto Caeiro and Miguel Delibes, who observed and understood nature better than anyone.

A veces, en días de luz perfecta y exacta, 
En que las cosas tienen toda la realidad que pueden tener, 
Pregunto a mi propio divagar 
Por qué siquiera le atribuyo 
Belleza a las cosas. 

¿Una flor tiene acaso belleza? 
¿Tiene belleza acaso un fruto? 
No: tienen color y forma 
Y existencia apenas. 
La belleza es el nombre de cualquier cosa que no existe 
Que doy a las cosas a cambio del agrado que me dan. 
No significa nada. 
¿Entonces por qué digo de las cosas: son bellas? 

Sí, incluso a mí, que vivo sólo de vivir 
Invisibles, vienen a ser conmigo las mentiras de los hombres 
Frente a las cosas, 
Frente a las cosas que simplemente existen. 

¡Qué difícil ser preciso y no ver sino lo invisible!

Alberto Caeiro (heterónimo de Fernando Pessoa), 11.03.1914

 

Aquí nunca se empieza ni acabe. El campo es el cuento de nunca acabar.

José Antonio Muñoz Rojas – ‘Labranza’ de ‘Cosas del Campo’

Pero el campo saca incansables bellezas escondidas y acumuladas, las renueva y ofrece sin tasa a los ojos y al alma de quien quieren gozarlas. Advierte con su descansado silencio que sólo volviendo a él encontrarán los hombres la mejor de ellos mismos.

José Antonio Muñoz Rojas ‘Cosas del Campo’

Que este temblor de sierras en el fondo
por la tarde, entre azules y moradas,
que cercan maternales en redondo
verdes olivos, tierras coloradas
y nos llegan al alma en los más hondo,
siempre tengan tus ojos reflejadas,
y su paz que se acrece y no se posa
viva en tu corazón como una rosa.

José Antonio Muñoz Rojas ‘Obra Completo en verso’

Cada verde tiene su punto. Dura poco y necesita su luz y aire propio. Estos trigos y habares, estos garbanzales: más apretado en unos, más gris, más azulenco en otros. Hay una ascensión en intensidad de color y altura de los pegujales, en esas hojas anchas, venosas, lujuriosas de los trigos, esa diversificación luego de las espiga, esa entrega pausada, llena de hermosura a la madurez, esa preñez del grano, esa obediencia al viento, primero fresca, joven, más tarde reseca y crujiente, por fin la negrura de la raspa, el amarillo total. La gracia de la plenitud, la belleza de lo cumplido.

Pocos campos de batalla como el de los haces abatidos y pocos órdenes más terribles que el que causan las segadores en los sembrados. ¿Y no tienen como un eco de gemido de los rastrojos cuando los pisamos, un crujido que clama por toda la gloria abatida, por los días invernales de la ilusión, por el crecimiento primaveral?

Luego vendrá el arado a imponer otro orden, el de los surcos, a purificar y penitenciar la tierra para la nueva siembra.

Se cernirá una luz suave y arrepentida y, de surco en surco, saltará el pájaro picoteando el insecto extraviado y el granillo aparecido.

José Antonio Muñoz Rojas ‘Cosas del Campo’

El hombre moderno vive ajeno a esas sensaciones inscritas en lo profundo de nuestra biología y que sustentan el placer de salir al campo.

Miguel Delibes

 

This exhibition “Tierras Labradas y Palabras Prestadas” can be seen at Toro Spacio, 

Carrera Espinel 7, RONDA

From 06/09/2018 to 04/11/2018


Leave a comment